El tráfico y comercialización de los murciélagos es una actividad muy poco estudiada, pero no por eso deja de existir. Según estudios, en Bolivia se comercializaron 3.184 murciélagos; en el departamento de La Paz se vendieron 17.6%, en Oruro 18.69%, en Cochabamba 16% y Santa cruz registro 52.8% constituyéndose la región donde más se trafica con los murciélagos.
Las especies comercializadas en distintos mercados son los murciélagos Carollia Perspicillata, Myotis, ejemplares de Glossophaginea, Artibeus y los Desmodus, rotundus nariz espada de Tomes, éstos fueron vendidos entre muertos y vivos por más de 50 bolivianos el ejemplar.
Esta actividad mueve grandes sumas de dinero y mercados ilegales. Muchos de estos quirópteros son adquiridos para curar supuestamente enfermedades de la cabeza como las epilepsias.
Los curanderos kallawayas andinos han patentado durante siglos la “prescripción médica natural” de que la sangre de murciélago posee propiedades curativas contra las convulsiones provocadas por la epilepsia y la pérdida súbita del conocimiento ocasionado por dificultades en la cabeza, de esta forma se promueve esta actividad ilícita.
A causa de esta indiscriminada comercialización se está extinguiendo el murciélago nariz de espada de Tomes, propio del lugar de San Matías en Santa Cruz.
Para cazar estos animales muchas veces se recurre al uso de humo que “atonta” al murciélago, pero en otros casos los mata; también utilizan redes. Al poner en práctica estos métodos las personas corren el riesgo de que los murciélagos los ataquen y puedan contagiarles enfermedades como la rabia, puntualizó.
Los murciélagos son transmisores de numerosos males como histoplasmosis o enfermedad de las cavernas, además diferentes tipos de alergias, diversas encefalitis, la fiebre recurrente y la shigelosis.
La bióloga Erika Cuellar señaló que en Bolivia hay registradas 112 especies de quirópteros, pero se estima que existen 140, estos mamíferos tienen incontables beneficios para el ecosistema y la vida de los seres humanos. En las áreas urbanas, los murciélagos llegan a comer 1.200 mosquitos en una hora, otros pueden transportar y esparcir más de 60.000 semillas por noche, con lo que ayudan a la reforestación natural, y ni qué hablar de los que se alimentan del néctar y del polen de las flores, ya que ellos contribuyen a la polinización de las plantas de los bosques
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